Grabado de Luis López Cruz

En esta obra de Luis López Cruz, el artista presenta un retrato de perfil que fusiona elementos figurativos y abstractos, creando una composición rica en simbolismo y dinamismo visual. La figura femenina, de rasgos serenos y contemplativos, se superpone a un entramado de formas geométricas y líneas curvas que evocan un universo interior complejo, lleno de energía y movimiento.

El uso del color es uno de los aspectos más destacados de la obra. Los tonos cálidos, como rojos y naranjas, contrastan con los fríos verdes y azules, generando un equilibrio cromático que transmite tanto emoción como introspección. Las texturas pictóricas, cuidadosamente trabajadas, añaden profundidad y un carácter táctil que enriquece la experiencia visual.

López Cruz parece explorar aquí la interacción entre lo humano y lo tecnológico, entre la identidad y el entorno. Las líneas y patrones que rodean la cabeza de la figura sugieren una conexión con ideas de flujo, comunicación o incluso transformación, mientras que la división del fondo en bloques de color refuerza la sensación de dualidad y contraste.

Esta obra destaca por su capacidad de invitar al espectador a un diálogo reflexivo, donde la belleza visual se combina con preguntas sobre la esencia y el cambio en un mundo moderno.

Esta enmarcación instalada utiliza un espacio de 78 cms de ancho y 68 cms de alto